miércoles, 27 de agosto de 2014

OSCAR y CACHITO

Don Oscar Lavezzari, empleado jubilado del Correo Argentino, hombre activo, inquieto, aún a sus 84 años de edad, con el apoyo de su compañera de vida, su querida esposa de 91 años, incansables ellos, integrantes del Centro de Jubilados de Villa Ballester, fueron partícipes de la animación de muchos eventos para sus amigos e integrantes del mencionado centro. 

Fue allí que Don Oscar dio rienda suelta al viejo anhelo de ser ventrílocuo. Sabía y le fue explicado que luego de cierta edad la técnica se hace dificultosa por cuestiones físicas, pero que con paciencia y esfuerzo, con tiempo especialmente, eso se puede ir corrigiendo.
No lo dudó y tomó un curso personalizado. Ya conoce la técnica, llegó a un púnto óptimo de acuerdo a sus posibilidades, no es fácil, le falta mucho más, pensemos que existen artistas que aún diciéndose profesionales no manejan la técnica porque solo les interesa el comercio del espectáculo y no les interesa progresar. Pero para los ventrílocuos de alma, los que aman la profesión, los que reconocen que en ella hay vida para compartir con un muñeco, que el rédito principal a recibir es escencialmente espiritual, que se trata de una satisfacción increíble, el trabajo que ha realizado y ahora mostramos de Oscar y Cachito tiene un gran mérito, él proseguirá practicando aprendiendo, ensayando, pero al menos logró mucho, especialmente ha demostrado que nada es imposible cuando el deseo y la voluntad que surgen del amor por la vida se transforma en la concreción de los propios anhelos.


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